Cómo crear tu
Imagen de Marca
Personal
Ya tienes una
marca personal, aunque no seas consciente de ello. La gestión adecuada de tu
propia marca es crucial para el éxito de tus relaciones y para la consecución
de tus objetivos más ambiciosos; tanto en el ámbito personal como en el profesional.
Gestionar la
marca de uno mismo es relativamente sencillo si se conocen las técnicas básicas
y se utilizan eficientemente las herramientas más adecuadas.
Este pequeño
manual te descubre 60 consejos básicos que puedes poner fácilmente en práctica.
Indice
CONCEPTOS
El primer
capítulo está dedicado a definir los conceptos
relacionados,
que son Identidad, Marca, Marca Personal,
Imagen y
Reputación.
¿CÓMO SE GENERA
MI IMAGEN DE MARCA PERSONAL?
Conocer el
mecanismo por el que se ha generado mi
Imagen de Marca
Personal es el primer paso para
gestionarla en
el futuro. Este es el objetivo del segundo
capítulo.
¿POR DÓNDE
EMPIEZO?
El paso previo
para gestionar tu Imagen de Marca Personal
es un proceso de
reflexión para descubrir tu marca
personal y tu
posicionamiento.
60 CONSEJOS
PRÁCTICOS PARA MEJORAR TU IMP
1. Presencia
profesional y aspecto físico .
2. Comportamiento
y comunicación no verbal .
3. Tus mensajes:
las palabras que utilizas .
4. Networking:
tu red de contactos .
5. Tu presencia
en Internet .
6. Tu presencia
en las Redes Sociales .
RECOMENDACIONES
FINALES
Los principios
de las Relaciones Públicas que enunciara
Arthur Page
sirven de resumen a este manual.
INSPIRACIÓN
Una breve lista
de libros y enlaces recomendados.
1. Conceptos
En el caso de la
Imagen de Marca Personal, es especialmente importante definir con exactitud que
se entiende por términos como “identidad”, “marca”, “imagen” o “reputación”
porque son palabras que utilizamos tanto las personas como los medios de
comunicación con mucha frecuencia y, en muchos casos, no con la suficiente
precisión.
No pretendo
escribir una tesis doctoral acerca de estos conceptos, pero sí aclarar lo que
se entiende al utilizar estas palabras en el ámbito del marketing y la
comunicación.
IDENTIDAD 1
Según el
diccionario de la Real Academia de la Lengua Española la identidad se define
como “Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los
caracterizan frente a los demás. Es la conciencia que una persona tiene de ser
ella misma y distinta a las demás”.
En efecto, la
identidad no es más que un conjunto de rasgos (algunos heredados y otros
adquiridos a lo largo del tiempo por la educación, la experiencia, etc.), que
nos definen como individuo (o colectividad).
Y esta
identificación se produce en dos sentidos muy importantes: tanto para tener
conciencia de quién somos y a qué grupos pertenecemos como para diferenciarnos
del resto de personas y de colectivos que nos son ajenos.
Eso es la
identidad: un conjunto de rasgos (podríamos también decir “un conjunto de
datos”) que nos identifican y diferencian. Lo que somos en realidad.
2 MARCA
“MARCA PERSONAL es
una combinación de atributos, transmitidos a
través de un nombre,
que influencia el pensamiento de un público determinado y crea valor” (Vicent
Grimaldi, consultor especializado en Brandign & Finanzas)
¿Qué se entiende
por marca? Pues, recurriendo de nuevo al diccionario de la Real Academia, una
marca es la “Señal hecha en una persona, animal o cosa, para distinguirla de
otra, o denotar calidad o pertenencia.”
El origen de la
palabra marca lo encontramos en los primeros ganaderos de la humanidad que
marcaban sus reses utilizando hierros candentes para identificarlas como de su
propiedad y con el objetivo de evitar su apropiación casual por parte de
terceros.
Y este inicial
concepto de marca no varía sustancialmente en el ámbito del marketing actual:
una marca es un símbolo, una señal, un nombre, una inicial, un logotipo, etc.
que distingue una cosa de otras.
Aunque en la
época moderna, la marca adquiere un nuevo y valioso significado. Una marca no
sólo identifica una cosa, sino que es también garantía de su calidad, de lo que
podemos esperar o no de ese producto o servicio. Por eso, la marca se ha
convertido en una de las razones que llevan a un comprador a elegir entre
varias opciones a su alcance. Así, la marca se convierte en un nuevo atributo
del producto capaz de conferirle mucho valor.
MARCA PERSONAL 3
Pues, si
aplicamos el concepto anterior de marca a las personas, “la señal” más
característica que nos distingue de otros es doble: por una parte nuestro
nombre y por otra, nuestro aspecto. En realidad, es un binomio indisoluble.
Pero en el caso de las personas, dentro del concepto de marca, resulta inevitable
incluir también parte de suidentidad. Así, por marca personal se entiende “el
conjunto de atributos fundamentales de una persona, todo aquello por lo que se
le reconoce y diferencia de otras personas y que se representa por su nombre y
por su aspecto”.
Cada persona,
sea consciente de ello o no, es una marca desde que nace. Una marca
representada por su nombre y apariencia visual, que tiene una serie de
características asociadas como personalidad, intereses, amistades, familia,
activos, capacidades, educación, profesión…
Ilustraré este
concepto con algunos ejemplos. Marcas personales bienconocidas son:
IMAGEN 4
Este es un
término muy utilizado en la sociedad actual y al que se confiere gran
importancia. Lo que en el ámbito de la comunicación y el marketing se entiende
por imagen es la representación mental que tenemos de alguien o de algo.
Se trata,
entonces, de un concepto abstracto, que sólo existe en la mente de esa persona
y que se ha formado a través de las distintas percepciones que de ese algo ha
experimentado el individuo. Y aún más, se trata también de un concepto
subjetivo, porque esa representación mental estará muy influenciada por sus
propios perjuicios, su experiencia, su educación y sus valores. Por eso, no todas
las personas tenemos la misma imagen de las mismas cosas, ya que cada uno
formamos nuestra propia imagen de algo no sólo en función de sus
características reales, sino de nuestros propios filtros.
La primera
deducción lógica que podemos hacer tras conocer el significado de este concepto
es que, para tener imagen de algo (o de alguien), es condición indispensable
conocer su existencia. Parece obvio pero, si no sé que una empresa o persona
existen, no puedo tener ninguna imagen de ellas.
Y la segunda
deducción es también muy interesante: ¿cómo puedo influir en la imagen generada
en la mente de alguien?
Provocándole las
percepciones adecuadas.
5 REPUTACIÓN
La REPUTACIÓN que
tenemos de algo puede adjetivarse con los términos
buena (si se
acerca a nuestro ideal de ese algo) o mala (en caso contrario).
Mientras que la IMAGEN,
más que buena o mala, deberíamos catalogarla como adecuada o no adecuada a las
características reales de ese alguien o algo.
Sin embargo, y aunque
los separa un importante matiz, reputación e imagen son términos que se utilizan
uno por otro con demasiada frecuencia y no sólo en el lenguaje coloquial.
La reputación
supone dar un paso más, porque implica, además de la representación mental, la
opinión o consideración en que se tiene a alguien o a algo.
El concepto de
reputación se debe a un juicio de valor, que efectuamos al comparar la imagen que
tenemos de algo (ya sea una persona, cosa o entidad) en relación con los
ideales que tenemos para ese algo. Es decir, depende de nuestro criterio, y no
sólo de sus características y realidad.
2. ¿Cómo se
genera mi Imagen de Marca Personal?
Todos tenemos ya
una IMP (Imagen de Marca Personal). Desde que nacemos. Porque quienes nos
conocen tienen una representación mental de nosotros (imagen) e incluso, pueden
tener una opinión de nuestra persona (reputación).
Tanto si somos
conscientes de ello, como si no. Tanto si hemos hecho algo para gestionarla,
como si no. Es importante reconocer esta circunstancia: no partimos de cero.
Pero… ¿Cómo se
ha generado mi IMP? En realidad, se trata de un proceso muy fácil de entender,
pero al mismo tiempo, es un mecanismo sofisticado en el que participan muchos
factores de forma combinada.
El punto inicial
de este proceso soy YO, con mi identidad y mi marca asociadas.
Ya sea de forma
casual o programada, en todo momento YO proyecto mi identidad y mi marca a
través de distintos canales: por ejemplo a través de mi aspecto personal, a
través de las personas con las que me relaciono, a través de mi comportamiento
y de mis gestos, a través de lo que de mí puede encontrarse en Internet, a
través de las palabras que pronuncio y de los mensajes que emito… y la lista de
acciones a través de las que “me manifiesto” de forma activa o pasiva es
realmente muy larga.
Estas
manifestaciones de mi identidad y de mi marca llegan a las distintas personas
que forman mi entorno. Ni todas mis acciones llegan a todos, ni siempre puedo
controlar quién recibe qué. Lo que es seguro, es que cada una de ellas recibe
algunas de esas proyecciones, las convierte en percepciones y las organiza en
su mente, formando su propia representación mental de mi YO.
Para ello, ha
utilizado sus propios filtros. No es un proceso consciente, es más bien un
proceso automático que se rige por mecanismos emocionales.
El siguiente
gráfico ilustra la explicación anterior.
En este proceso
es importante saber que, como marca personal que desea obtener una determina
imagen en sus distintos públicos, sólo puedo influir mi IMP a través de los
mensajes que proyecto y a través de los canales que utilizo para ello. Así es
como consigo generar las percepciones que cada persona acumulará para formar su
propia representación mental de mí. Lo que me será mucho más difícil –por no
decir imposible- es influir en los filtros individuales que cada persona aplica
para formarse su propia imagen de mi YO, porque eso forma parte de su propia
personalidad y de su escala de valores.
A TENER MUY EN
CUENTA EN ESTE PROCESO
1. Primero somos
vistos
2. Luego, somos
oídos
3. Finalmente,
somos comprendidos
3. ¿Por dónde
empiezo?
Ahora que
conoces el proceso por el cual se ha generado la IMP que ya tienes, llega el
momento de preguntarte cómo puedes empezar a gestionar de forma eficiente todo
lo que tiene que ver con tu imagen y con tu reputación: hay que poner en marcha
una plan de marketing personal, que consta de dos partes fundamentales. La
primera consiste en un proceso de reflexión a través del que descubrir quién
eres, qué quieres y quién puede ayudarte a conseguirlo.
Seguidamente,
hay que pasar a la acción, buscando la máxima visibilidad y utilizando para
ello todos los medios a tu alcance. Es en esta segunda fase donde son de
aplicación los 60 consejos prácticos objeto de este manual. Y siempre,
revisando y reajustando para asegurar la eficacia en todo lo que haces.
No es complicado
pero... vayamos por partes. La primera fase -de reflexión- debe contemplar
cuatro puntos principales y darles respuesta:
1. ¿Quién eres?
¿Qué te diferencia? - Puede ser lo más difícil de este proceso. Se trata de
descubrir dónde aportas valor y qué te hace diferente.
2. Fijar tus
metas: ¿A dónde quieres ir? - Tener claro la dirección en la que quieres
avanzar. Saber a dónde te diriges es imprescindible para acertar el camino.
3. Acotar tus
mercados - Es importante establecer cuáles son tus pequeños mercados, esos
grupos que pueden ayudarte -ya sea directa o indirectamente- a conseguir tus
objetivos. Es a ellos a quienes debes enfocar tus esfuerzos de comunicación.
Hay que segmentar, porque “si quieres ser todo para todos, no serás nada para
nadie”.
4. Evaluar tu
actual posicionamiento - Y sabiendo todo lo anterior... ¿en qué punto del
camino estás ahora?
En cuanto a la
segunda fase -la que implica ponerse en acción- consiste en:
1. Comunicar -
Esta es la parte más práctica (donde serán especialmente útiles los 60 consejos
de este manual) y trata de conseguir visibilidad transmitiendo los mensajes y
utilizando los canales que mejor proyectan tu IMP (por ejemplo, tu propio
aspecto, tus palabras, tu presencia en Internet o tu relación personal y
digital con las personas y organizaciones que forman los entornos en los que te
mueves) y mejor llegan a tus distintos públicos.
2. Revisar y
reajustar - Debes estar atento a las consecuencias de tus acciones y al
resultado de tu estrategia. Si no son los deseados (o los que habías previsto),
tienes que reajustar tu plan de actuación.
MI CAPACIDAD DE
INFLUENCIA EN LOS DEMÁS COHERENCIA = CREDIBILIDAD
• 7%
comunicación verbal (lo que digo)
• 38% tono de
voz (cómo lo digo: tono de voz, intención, entonación, silencios...)
• 55% lenguaje
corporal e indumentaria (imagen visual: morfología, gestos, manera de andar,
relación espacial, posturas, expresión del rostro, estilo de ropa…)
4. 60 consejos
prácticos para mejorar tu Imagen de Marca Personal
En las próximas
páginas se ofrecen 60 recomendaciones. Si bien son muy básicas, pueden
resultarte muy útiles para proyectar una mejor imagen de marca personal, ya que
ponerlas en práctica –si todavía no lo has hecho- va a resultarte muy fácil.
Estos 60
consejos prácticos se agrupan bajo seis categorías:
1. Presencia
profesional y aspecto físico
2.
Comportamiento y comunicación no verbal
3. Tus mensajes:
las palabras que escribes o pronuncias
4. Networking
5. Tu presencia
en Internet
6. Tu presencia
en las Redes Sociales
Estos no son los
únicos canales a través de los que puedes proyectar tu imagen, pero sí son –en
mi opinión- los más importantes y también los más fáciles de gestionar. Por
eso, los 60 consejos que te ofrezco en las páginas siguientes, se concentran en
ellos.
4.1 Presencia
profesional y aspecto físico
No se trata de
una frivolidad ni de algo superficial. El físico es un atributo esencial en la
elaboración de nuestra identidad. La representación mental de uno mismo
necesita ser apoyada por la imagen visual que proyectamos.
Pero eso no es
todo. Aunque a menudo las apariencias engañan, las mujeres y los hombres
físicamente atractivos suelen tener un concepto más positivo de sí mismos,
transmiten seguridad y son juzgados por los demás como más capacitados y
competentes que aquellos menos favorecidos. Resultan, por lo general, los
elegidos.
Piensa –a modo
de ejemplo- en el siguiente caso. Resulta que te ves involucrado en un problema
legal que puede suponer para tí, incluso una corta temporada en prisión. Tu
empresa, parte implicada en el problema, se ofrece a cubrir los gastos
jurídicos, pero tú debes buscar abogado. Tu mujer te recomienda uno y tu mejor
amigo, otro. Quedas con el primero, que se presenta en un Audi3 recién sacado
del túnel de lavado, bien afeitado y peinado, con un traje impecable, saca una
Moleskin y un MontBlanc para tomar notas sobre tu caso y te informa breve, pero
claramente de tus alternativas a priori. Luego ves al segundo. Llega en un Seat
destartalado, lleva traje, pero está arrugado.
Parece que hoy
no ha tenido tiempo de afeitarse. Toma notas en un papel que saca de su
bolsillo con un bolígrafo de esos que regalan las empresas. Dice que tiene que
estudiar un poco más tu caso para aconsejarte sobre tus alternativas legales y
que le llames en un par de días...
Ya sabemos que
el dinero no es un problema. Entonces… ¿a cuál de ellos
elegirías?
Puede parecer
una decisión muy superficial elegir a un profesional por su presencia o aspecto
físico, pero la realidad es que, en muchas ocasiones, debemos tomar ese tipo de
decisiones en base a información incompleta. Por eso, la imagen visual es tan
importante, porque transmite una información que, aunque sea de forma
inconsciente, tenemos en cuenta.
1 PRESENCIA
PROFESIONAL Y ASPECTO FÍSICO
1. Cuida tu
aspecto físico. La imagen corporal, la imagen visual que ofreces, no sólo
refuerza la seguridad personal, también fomenta la aceptación social y la
confianza a priori. Debes ser, en todo momento, muy consciente de ello.
2. Cuida especialmente
los detalles: cuidado e higiene personal, pelo, dientes, uñas, aliento…
Recuerda que tu aspecto habla de ti antes que tus palabras y, que en este
sentido… ¡hasta el más pequeño detalle resulta importante!
3. ¡Saca partido
de lo que tienes! No todos hemos sido igualmente privilegiados por la
naturaleza, pero incluso las personas menos favorecidas, pueden sacar partido
de lo que tienen. Si no encuentras la forma para sacarte el máximo partido, recurre
a un profesional. Cada vez hay más y de mayor eficacia y buen servicio.
4. Indumentaria:
adecuada a la ocasión. La indumentaria es símbolo de pertenencia (a un grupo
social o profesional determinado) y de distinción (estatus). Hay que tener en
cuenta que los códigos no son universales, pues varían en función de la época y
la localización geográfica. Lo importante es saber vestir de forma adecuada a
la ocasión. Si no conoces los códigos: observa y/o pregunta.
5. Evita a los
enemigos de la imagen. Son muy fáciles de identificar: talla inadecuada, prendas
o accesorios deteriorados o claramente pasados de moda.
6. Prepara un
guardarropa profesional con el objetivo de poder ir siempre vestido de forma
adecuada, sin que sufra demasiado tu bolsillo. Sobre todo importante para las
mujeres, ya que son ellas las que pueden lucir mayor variedad en su
indumentaria. Es importante disponer de prendas básicas (que se quedarán en el armario
varias temporadas), combinadas con accesorios y prendas de moda.
7. No olvides
que tus cosas también hablan de ti. Como en el ejemplo de los abogados: coche,
bolígrafo, papel en el que se toman notas… Todas esas “herramientas”
profesionales, hablan de la competencia profesional de su dueño antes de que
éste pronuncie una sola palabra. Otro ejemplo, ¿quien merecería tu confianza
como fotógrafo, alguien que usa equipo de iluminación, cámara profesional y
trípode o alguien que fotografía con una cámara compacta? Recuerda que las
cosas que utilizas como profesional, también hablan mucho de ti: “Asegúrate que
dicen lo que quieres que digan” (Andrés Pérez Ortega, Marca Personal).
8. Prepara un
Elevador Speech. Tener preparado un discurso breve y conciso que exprese de forma
ágil y amable quién eres, qué haces (e incluso qué buscas, deseas o vendes)
facilitará enormemente que completes la imagen que estás proyectando a través
de tu aspecto visual. Tienes que ser capaz de adaptar este discurso a tu
interlocutor y al momento concreto en que tengas oportunidad de pronunciarlo.
9. Tarjetas de
visita. También hablan de ti, y no sólo eso, te permiten facilitar tus datos de
contacto para ser localizado en el futuro. Acostúmbrate a llevarlas siempre
contigo. Pero, no abuses, no las ofrezcas “a diestro y siniestro”. Entrégalas
cuando otra persona te entregue la suya, o sólo si detectas que tu interlocutor
desea mantener el contacto.
4.2
Comportamiento y comunicación no verbal
Conseguir
nuestros objetivos, tanto profesionales (un trabajo, un contrato, una recomendación…)
como personales, no depende únicamente de nuestros conocimientos y méritos.
También, y sobre todo, de nuestras capacidades sociales.
Hay personas que
tienen la extraña habilidad de ganarse el afecto de los demás con sólo
estrecharles la mano. Para aquellos que no sea así, tengo una buena noticia:
todas las habilidades pueden adquirirse con algo de entrenamiento, y, por
supuesto, también es posible “aprender carisma”.
En este sentido,
se ofrece seguidamente el segundo grupo de consejos prácticos, que bajo el
paraguas de “las reglas de oro del éxito social” resultan de gran utilidad para
las personas que necesiten desarrollar su carisma personal.
2 LAS REGLAS DE
ORO DEL ÉXITO SOCIAL
A continuación
algunas de las reglas de oro del éxito social, que facilitan enormemente las
relaciones interpersonales positivas y de aceptación. Verás que son cuestiones
que tienen mucho que ver con la educación y la convivencia social:
1. Sonríe. Te
sorprenderá lo mucho que se consigue y la actitud tan positiva que se genera,
simplemente, por dedicar una sonrisa a tu interlocutor.
2. Sé puntual.
Llegar tarde es una falta de respeto para con la persona que te espera, es presuponer
que su tiempo es menos importante que el tuyo.
3. Cumple tus
promesas y tus compromisos. Y si no vas a cumplirlos, no los hagas. Tal vez tu
no recuerdes lo que prometiste, pero las personas a quienes lo hiciste, si. Ten
presente que no cumplir tus promesas, merma de forma irreparable tu
credibilidad.
4. Cuida tus
gestos: además de sonreír, hay que procurar no tensar los rasgos de la cara (los
labios tensos, los dientes apretados y la mandíbula rígida producen rechazo).
En general hay que procurar mantener posturas corporales abiertas (mostrar las
palmas de las manos, avanzar el pecho…) en lugar de cerradas (brazos o piernas
cruzadas, mirada al suelo o al infinito…). Esto es la comunicación no verbal,
algo que es muy difícil controlar, pero cuya interpretación por parte de tu interlocutor
es automática. Es recomendable mirar a los ojos de la persona con la que se
habla, porque transmite credibilidad.
4.3 Tus
mensajes: las palabras que pronuncias o escribes
La palabra
supone tan sólo el 7% de nuestra capacidad de influencia en los demás, pero
resulta crucial. Es como la sal a la comida: se necesita poca, pero hay que
saber administrarla de forma justa y adecuada. Con nuestros mensajes, pasa lo
mismo.
3 TUS MENSAJES:
LAS PALABRAS QUE UTILIZAS
1. Cuida tus
palabras. No es cierto que “las palabras se las lleve el viento”, y menos si
las has escrito, sobre todo si lo has hecho en Internet. Aunque posteriormente tú
hayas borrado la información original, no sabes si alguien la ha reproducido o
citado en algún otro sitio digital. Ten mucho cuidado con lo que dices o escribes,
no sea que eso se vuelva contra ti en el futuro. Por ejemplo, si haces una
crítica negativa sobre una empresa o institución determinada, y al cabo de un
tiempo participas en un proceso de selección o en un concurso de proveedores
para esa misma organización, tal vez encuentren esa opinión cuando recaben información
sobre ti. En tal caso, ten presente que serás
automáticamente
eliminado de la lista de candidatos a considerar. ¡Piensa antes de hablar y
sobre todo, antes de escribir!
2. Adapta tus
mensajes a la audiencia. Es una cuestión importantísima. La responsabilidad de
que se entienda un mensaje, no es del receptor, sino del emisor. Eres tú, que
hablas o escribes, quien tiene que ser consciente del perfil de tu audiencia y
adecuar tu mensaje al lenguaje y vocabulario que le va a resultar más fácil
comprender (e interiorizar). Y esta necesidad de adaptación, no tiene sólo que
ver con el público destinatario de tu mensaje, también con el canal que estás utilizando
para transmitirlo. Cada canal tiene también sus propios códigos y lenguajes.
Por ejemplo, no debería ser la misma la forma en que expresas un mensaje en
Twitter que en Facebook o LinkedIn. Cada una de estas plataformas sociales,
tiene sus propias características y códigos. Debes conocerlos y utilizarlos.
3. Cuida la
ortografía y la redacción de tus escritos. Una vez más, hay que cuidar al
máximo los detalles. Hasta la información más relevante pierde fuerza y
credibilidad si está “adornada” con erratas o faltas de ortografía. Ni que
decir tiene de lo que proyecta acerca de la competencia profesional de su
autor…
4. No escribas
en mayúsculas. Sobre todo desde la proliferación de los canales digitales, el
hecho de escribir en mayúsculas se interpreta como el acto de “gritar”. Por
eso, mi recomendación es que utilices las mayúsculas sólo para el inicio de las
frases y los nombres propios.
5. Evita los
temas innecesariamente polémicos. Sobre todo si no están relacionados
directamente con tu actividad profesional. El hecho de posicionarte abiertamente
en asuntos que generan gran afinidad emocional, hará que te conviertas en
persona “non grata” para todos los que se encuentran en la posición opuesta. Pierdes
potenciales clientes, empleadores, contactos… Entonces antes de posicionarte,
piensa… Realmente, ¿vale la pena?
6. Antes de
expresarte, considera tres cuestiones. Cuando vayas a publicar en Internet, ya
sea en tu web o blog, en la página de terceros o en una red social, contesta
primero tres preguntas:
• ¿Aportas
valor? Publica sólo aquello que pueda resultar útil, interesante o divertido
para tu audiencia. No los canses con información inservible, desagradable o
repetitiva. Te eliminarán rápidamente de sus listas de lectura favoritas, de sus
“últimas noticias”, etc. y perderás toda capacidad de influencia. También
perderás audiencia.
• ¿Potencia tu
imagen de marca? Es decir, lo que vas a decir ¿está relacionado con tu negocio,
tus valores o tus intereses? ¿Proyecta la misma imagen que tu marca personal? Publica
sólo lo que sume en positivo a la imagen que estás proyectando. Intenta que lo
que publiques demuestre tu competencia profesional, tus conocimientos, tu
experiencia y tu relevancia.
• ¿Es oportuno?
En dos sentidos. ¿Hace tiempo que no te “dejas ver”? Tal vez es tiempo de
volver a decir algo, porque eso te da visibilidad. Pero también debes valorar
otro aspecto: lo que vas a decir, ¿está especialmente relacionado con algún tema
de actualidad? Entonces… ¡publica! Seguramente la oportunidad va a premiarte
con una audiencia mayor.
Si la respuesta
a estas preguntas es “no”, tal vez sea una sabia decisión no aportar más
“ruido” al ya saturado escenario 2.0.
7. Transmite lo
positivo. Todos los mensajes pueden enfocarse desde un punto de vista positivo.
Debes intentar adoptar siempre la perspectiva más positiva al expresarte. Por
ejemplo, no es lo mismo hablar de la “no enfermedad” que de la “salud”. El primero,
es un término doblemente negativo (no, enfermedad), y el segundo, es positivo.
A las personas, les resulta más agradable lo positivo que lo negativo, por eso,
si quieres que tus mensajes sean mejor aceptados, procura enfocarlos desde su
perspectiva más positiva.
8. Cita al autor
original. Resta credibilidad al conjunto de tus mensajes que pretendas hacer
pasar por propias las aportaciones de otras personas. Si te parece interesante
mencionar lo que dicen otros autores, no olvides citarlos adecuadamente. Eso no
te quita valor, todo lo contrario, te otorga valores muy positivos como
honestidad, generosidad, humildad…
4.4 Networking:
tu red de contactos
No cabe duda,
"networking" es una palabra que se oye cada vez más en todo tipo de
eventos, foros y artículos. Parece que nos hemos dado cuenta de que, tal y como
dice el autor americano del Little Black Book of Connections: "En igualdad
de condiciones, la gente prefiere hacer negocios con sus amigos.
Incluso cuando
las condiciones no son exactamente las mismas, la gente prefiere seguir haciendo
negocios con sus amigos"
Pero, ¿qué
significa esta palabra?
• network (=red,
en este caso de contactos)
• ing (=hacer,
construir)
Es decir, que
networking, literalmente sería "construir la red (de contactos)". Y no
se trata tanto de conocer a miles de personas o mantener el contacto con los amigos
de la infancia, se trata más bien de crear vínculos con personas clave que
puedan ayudarnos en caso necesario. No se trata de conocer a mucha gente, sino
de poder acceder a la persona adecuada en cada momento.
Si hablamos de
Networking Profesional, el objetivo sería conseguir una red de contactos -ya
sea de tipo personal o profesional- que en un momento dado, nos permita:
• resolver
problemas
• acceder a
información relevante a nuestros objetivos e intereses
• intercambiar
conocimientos y experiencias
• identificar
oportunidades (p.e. un nuevo o mejor puesto de trabajo, una operación comercial
ventajosa, una inversión interesante... la lista puede ser muy larga)
Y una cuestión
que en este manual no debemos olvidar, a través del networking… ¡También
proyectamos nuestra imagen de marca personal!
4 LAS CLAVES DEL
ÉXITO DEL NETWORKING PROFESIONAL
1. Actúa con
generosidad: ofrece primero. El Networking sólo funciona si todos ganan. Actuar
por puro interés y con una perspectiva egocéntrica es una estrategia posible,
pero de resultado muy negativo: el rechazo. La mejor actitud para tener éxito
con nuestra red de contactos –aunque a priori pueda parecer una paradoja- es
dar primero sin esperar nada a cambio.
Cuando actuamos
con generosidad, no sólo proyectamos una imagen de marca personal positiva,
sino que generamos en nuestros contactos una actitud más cercana y
colaborativa; estarán más dispuestos a “devolvernos el favor” en el futuro.
2. Date tiempo.
El networking funciona, pero sólo lo hace a pleno rendimiento con el paso del
tiempo. Por eso, la visión cortoplacista es nefasta y los resultados inmediatos
–si es que se producen- son sólo la punta del iceberg de lo que puedes conseguir.
Por eso, ten paciencia, invierte sin pedir nada a cambio, gestiona
estratégicamente y pensando en el futuro. Si se trata de networking, no tengas
prisa: concédete el tiempo necesario para conseguir resultados.
3. Sé proactivo.
Independientemente del nivel de timidez de cada uno, hay que procurar tomar la
iniciativa. Esperar a que sean los demás quienes lo hagan, es una actitud que
puede resultar infructuosa. Así que la recomendación es: busca, invierte tiempo
en asistir a eventos, habla con desconocidos, localiza, preséntate, conoce, contacta,
navega, expresas tus deseos y objetivos… En definitiva, crea y provoca nuevas
relaciones. Esto incrementará tu red de contactos, y por ende, tu visibilidad.
También las oportunidades de conseguir lo que buscas: si no lo expresas claramente,
no podrán ayudarte.
Busca también a
esas personas de tu pasado que, de alguna manera, influyeron especialmente en
tu vida. Si aportaron algo positivo en alguna ocasión, es posible que puedan
volver a hacerlo. Las redes sociales e Internet, te ponen más fácil localizar a
personas con las que has perdido el contacto.
4. Construye tu
propia agenda de actividades. Los eventos presenciales son una de las principales
formas para obtener nuevos contactos. Pero, desgraciadamente, no dispondrás de tiempo
suficiente para asistir a todos. Por eso, te recomiendo hagas una buena
selección de los eventos más interesantes, sobre todo desde la perspectiva del
perfil de las personas que previsiblemente asistirán. ¿Qué buscas? ¿Clientes?
¿Proveedores? ¿La asociación con un colega? ¿Dónde vas a encontrar esos perfiles?...
Debe, además, ser una agenda equilibrada, en la que se incluyan, no sólo
eventos de networking puro, sino también otros de carácter sectorial,
profesional, de mejora de tus habilidades y competencias, y como no, puedes
incluir algunos para disfrutar de tus intereses y aficiones. Todos esos ámbitos
profesionales y sociales suponen valiosas oportunidades para acceder a
contactos interesantes, potenciar tu visibilidad y proyectar tu imagen de marca
personal.
5. Aumenta el
valor de tu red. Hay dos formas principales de
incrementar el valor de tu red:
a) compartir
información relevante y
b) poner en
contacto a personas que no se conocen (pero que pueden beneficiarse mutuamente
de esa relación).
Estas dos
acciones, no sólo hacen más valiosa tu red, también favorecen que tus contactos
hagan lo mismo por ti es decir, que compartan la información de la que disponen
y que te presenten a personas que pueden resultarte útiles para la consecución
de tus objetivos. Vale la pena… ¿no?
6. Refuerza con
la tecnología. Las nuevas herramientas digitales facilitan enormemente la
creación y el mantenimiento de tu red de contactos. ¡Aprovéchalas al máximo!
¡Te harán más efectivo!
7. Seguimiento.
Si no mantienes el contacto con las personas que vayas conociendo, de poco te
servirá el haberlo hecho. Acumular tarjetas de visita en un cajón, no sirve de
gran cosa si no mantienes vivas las relaciones. Mantener el contacto y la buena
sintonía con tus contactos, no exige gran esfuerzo. Basta con que envíes un
e-mail de vez en cuando (por ejemplo con información que pueda ser de su
interés, con una felicitación por su reciente cambio profesional, aniversario…)
o con una interacción a través de una red social. Para aquellas relaciones que
consideres más valiosas, propón una cita de vez en cuando, ya sea para comer o tomar
un café, y prepara el encuentro para compartir algo interesante y que la otra
persona no tenga la sensación de haber perdido el tiempo.
8. No traiciones
la confianza de tus contactos. Ya sea facilitando sus datos personales a
terceros (sin autorización previa), o revelando información que te han
facilitado de forma confidencial. Perder la confianza que tanto te ha costado conseguir,
es cuestión de un segundo, y recuperarla…. ¡puede ser una misión imposible!
9. Encuentra el
equilibrio. No es fácil, pero debes buscar el equilibrio en tu actividad de
networking. Equilibrio entre el perfil de tus contactos: debes incluir relaciones
de todos tus círculos profesionales y sociales. Equilibro entre tu actividad
virtual y presencial. Equilibro en tu agenda de actividades… El networking debe
formar parte de tu vida: convertirse en una actividad cotidiana, no en una
“profesión que llevas a cabo en modo part time”. Para eso, es necesario
encontrar el equilibrio justo.
4.5 Tu presencia
en Internet
Internet y todas
las posibilidades que propone el nuevo entorno 2.0 han supuesto la mayor
revolución social de los últimos tiempos: han modificado nuestros hábitos de
compra, las políticas de precios de las empresas, la forma en la que buscamos,
comparamos y comprobamos la información, y, sobre todo, el modo en el que nos
comunicamos, tanto las personas entre nosotras, como las organizaciones con sus
públicos. Ya nada volverá a ser como antes.
En Internet conviven
tanto la información relevante como la intrascendente; los datos ciertos y los
manipulados; las oportunidades reales y las malintencionadas;…
El canal digital
ha pasado de ser unidireccional (1.0) a interactivo (2.0). Es decir, si en el
pasado las empresas o instituciones emitían sus mensajes sin posibilidad de
réplica a través de su página web (a esto le llamamos 1.0); ahora cualquiera,
ya sea una institución, una personalidad o el más común de los mortales, puede
no sólo publicar la información que desee, sino también completar, desmentir,
criticar o reproducir lo que otros publican. ¡En igualdad de condiciones! (Esto
es el 2.0).
Además, la
mayoría de servicios y plataformas para comunicar a través de Internet…. ¡son
gratis! Esto los pone al alcance de cualquiera. Internet supone para nuestra
marca personal la posibilidad de mantener un escaparate siempre iluminado, para
que cualquiera, en cualquier momento y desde cualquier lugar, pueda encontrarnos
y saber más de nosotros y de lo que ofrecemos.
5 INTERNET
1. No esperes de
Internet lo que no te puede dar. Internet es uno de los principales canales a
través de los que proyectar tu Imagen de Marca Personal. Pero el hecho de estar
presente en el mundo dos punto cero no implica que, sólo por eso, vayan a contratar
tus servicios, vayas a conseguir un puesto de trabajo o seas considerado un
gurú en tu ámbito profesional. No. No estar en Internet es un riesgo que –en mi
opinión- no te puedes permitir, pero sólo por tener una web o mantener perfiles
en las principales redes sociales, no van a llover las oportunidades que deseas.
2. Crea alertas.
Aunque no tienes el monopolio de lo que sobre ti se publique en Internet, si
que estás en la obligación de conocerlo y controlarlo. Para ello, te resultará
muy útil crear una o más alertas con tu nombre. Puedes hacerlo en la siguiente
dirección de Internet: http://www.google.es/alerts?hl=es
3. Antes de
actuar… ¡Define tus objetivos y tu estrategia! Efectivamente, todo lo que hagas,
tiene que estar dirigido a “estar donde quieres estar” y a “ser visto como
quieres ser visto”.
Pero… ¿ya has
dado respuesta a estas dos cuestiones? Conocer tus objetivos sería el primer
paso de toda estrategia. Luego, tienes que decidir, de todas las herramientas
que te ofrece el escenario 2.0, cuáles van a ser útiles para la consecución de tus
objetivos y cuáles no. Tus recursos son limitados, sobre todo el tiempo, así
que céntrate en las que vayan a proporcionarte mejores resultados.
Preguntas que
debes contestar antes de empezar son, por ejemplo: ¿Necesito una web / blog o
no? En caso afirmativo, ¿con cuanta periodicidad puedo publicar? ¿Qué voy a
publicar? ¿En qué redes sociales me interesa estar y en cuáles no? ¿Cuánto
tiempo diario puedo dedicar a interactuar? Etc.
4. Céntrate en
conseguir visibilidad, audiencia, posicionamiento y reputación. Internet es una
plataforma muy eficaz (y económica) para conseguir cuatro objetivos que pueden
potenciar enormemente tu imagen de marca personal.
Estos son:
• Visibilidad:
es decir, que sea fácil encontrarte. No sólo buscándote por tu nombre (lo cual
es relativamente fácil de conseguir), sino también por tu actividad
profesional.
• Audiencia: que
tus mensajes lleguen a muchas personas, sobre todo a las que cumplen el perfil
de tu(s) público(s) objetivo(s).
•
Posicionamiento: que los atributos y valores que proyectas te coloquen en el
lugar profesional en el que quieres estar.
• Reputación:
que las personas que te conozcan, tengan una opinión positiva, no sólo de ti,
sino también y de lo que haces.
Si tienes
suficiente visibilidad, audiencia, un posicionamiento correcto y una buena
reputación, lo demás, ya llegará.
5. Apuesta por
la calidad de tus contenidos. Una vez tengas las cosas claras (objetivos y
estrategia), se trata de poner en marcha una campaña de contenidos. Pero, antes
de publicar, pregúntate si lo que vas a decir:
• es relevante,
es decir, aporta información de valor para tu audiencia (o por lo menos, alguna
emoción positiva, por ejemplo, humor fino en algo –preferentemente- relacionado
con tu actividad);
• te posiciona
como profesional experto y activo en tu ámbito de actividad, es decir, demuestra
que tienes conocimientos y experiencia en eso;
• es oportuno
• se plantea
desde una perspectiva positiva
Sólo si cumples
estas cuatro condiciones, debes hacer tu aportación. Si no, mi recomendación es
que deberías trabajar mejor tu contenido antes de publicarlo.
6. Interactúa.
Es una de las principales ventajas que te ofrece el mundo 2.0: la posibilidad
de opinar, contestar y re-contestar. Por eso, participa en los grupos y páginas
de redes sociales aportando reflexiones o comentarios de calidad y que cumplan con
los requisitos que se comentaban en el punto 4 de esta misma lista, deja
comentarios en páginas web distintas a la tuya, escribe artículos para medios
digitales y blogs, contesta a las personas que dejan comentarios en el tuyo…
etc. Eso, además de darte información muy valiosa e incluso nuevos contactos,
va a reforzar tu visibilidad, tu posicionamiento y tu reputación.
7. Adáptate
rápido a los cambios. Si quieres sobrevivir en la cultura digital debes estar
preparado para los cambios, que se producen de forma vertiginosa en este
escenario, y a los que hace falta adaptarse rápido y sacarles el mejor partido.
Ten la mente, los ojos y los oídos abiertos y aprende de lo que veas hacer a
los demás. Pero, cuando se trata de actuar, no pierdas nunca de vista cuáles
son tus objetivos.
8. ¡Levántate de
la silla! Debes tener siempre presente, que estar en Internet no es suficiente.
Por eso, procura completar todo lo que haces a través de los distintos canales
digitales con otras actividades off line.
9. Monitoriza y
re-ajusta. Es importante hacer un seguimiento periódico, no sólo de lo que se
dice de ti en Internet, sino también de los objetivos que vas alcanzado (por
ejemplo, número de visitas a tu web / blog, número de seguidores, contactos, amigos
en las redes sociales, calidad y valoración de los comentarios y respuestas que
obtienes, y sobre todo, de la venta de tus productos o servicios,….). Si tras
el análisis certificas que vas por el buen camino y que vas consiguiendo lo que
te habías propuesto… ¡felicidades y adelante! Pero en caso contrario, debes re-definir
tu estrategia y re-ajustar lo que estás haciendo.
10. Asume que es
una carrera de fondo. En realidad, lo de gestionar tu marca personal en Internet,
no se trata de “magia potagia”, ni de una cuestión de suerte puntual, es más
bien una carrera de fondo en la que el objetivo es conseguir la “pool position”.
Por eso, son características muy importantes la constancia y la continuidad.
4.6 Tu presencia
en las redes sociales
La principal
utilidad que aportan las redes sociales al perfil digital, es que permiten
crear un espacio propio donde contar todo aquello que un currículum no puede
reflejar.
Además, el
principal buscador del planeta –Google- valora mucho a las redes sociales y
nuestros perfiles en estas plataformas aparecen en las primeras posiciones de
los resultados al realizar búsquedas simples (es decir, por mi nombre y
apellido).
Sólo por
mantener un perfil en las principales redes sociales se potencia enormemente tu
visibilidad, tal y como se comprueba en la siguiente imagen, que resulta de
poner mi nombre y apellido en la casilla de búsqueda de Google.
Como puedes ver,
tras mi propio blog, lo siguiente que aparece son los distintos perfiles que
mantengo en redes sociales como LinkedIn, Facebook, o Twitter.
Así, es más
fácil localizarme, y si tengo mis perfiles bien construidos y cuidados, la información
que se obtenga me posicionará correctamente y mejorará mi reputación. Entonces,
vale la pena el esfuerzo… ¿no?
Las redes
sociales se están tornando cada vez más profesionales, pero proliferan de forma
imparable y participar en todas ellas, puede suponer una inversión en tiempo
que no te puedas permitir. Ante esta situación, la recomendación es que es
mejor estar en pocas y con una buena participación, que en muchas, pero de
cualquier manera. Tienes que elegir las tuyas.
6 REDES SOCIALES
Sea(n) cual(es)
sea(n) la(s) red(es) social(es) en la(s) que hayas decidido participar, estas
son algunas recomendaciones que te resultarán muy útiles.
1. Define
claramente tu(s) objetivo(s). Debes saber por qué y para qué participas en cada
una de las redes sociales que hayas elegido. Esta es una condición
indispensable para definir posteriormente, lo que vas y lo que no vas a hacer
en ellas. La única razón que no debes utilizar como argumento para participar en
una plataforma social es “que hay que estar”.
2. Incluye una
foto de perfil. ¡Siempre! Es importante que incluyas una foto adecuada a las
características de la red en cuestión. Si es una red social, puede servir
cualquier foto que proyecte una imagen positiva, si la plataforma es
profesional, debes cuidar especialmente tanto tu indumentaria como el fondo, para
que proyecten la imagen que necesitas para fomentar una buena reputación y
posicionamiento.
3. Completa al
máximo la información de tu perfil. Es tu oportunidad para presentarte:
formación, competencias, trayectoria profesional, incluso tu Elevator Speech
(pg. 12) tiene un lugar en este escenario. Es tu oportunidad para incluir toda
la información que sobre ti te interesa sea encontrada. ¡No la desaproveches!
Lo único importante es que esa información respete los códigos, las formas y el
tono adecuados de cada plataforma.
4. ¡Escucha y
aprende! Sobre todo si eres nuevo en una plataforma social, dedica un tiempo a
escuchar y entender lo que allí sucede y los mecanismos que los usuarios
utilizan. Por una parte, puedes obtener información muy valiosa sobre tus
clientes y competidores, además, obtendrás mejores resultados si sabes cómo
tienes que actuar y expresarte. Ya sabes, “allí donde fueres, haz lo que
vieres”.
5. Comparte
contenido de forma adecuada, generosa, oportuna, inteligente y constante. Una
vez familiarizado con la red en la que participas, comparte contenido. Pero
antes, hazte las preguntas que ya se han comentado, lo que voy a decir ¿es relevante?
¿te posiciona como pretendes? ¿es oportuno? ¿se expresa desde una perspectiva
positiva?
Especialmente en
las redes sociales, debes evitar los comentarios agresivos, insultantes,
malsonantes, las quejas,…. Recuerda que lo negativo genera mucho rechazo. En
cuanto a la frecuencia de tu participación, es mejor que lo hagas con una
frecuencia regular (por ejemplo una vez al día), que cinco durante la misma
hora, y luego pases dos semanas en silencio. Es útil tener “en reserva” contenido
interesante pero atemporal para cuando no tengas ninguna otra cosa que
compartir.
6. Debes ser
proactivo. No debes esperar a que sean siempre los demás los que te inviten o
interactúen contigo. Sobre todo al principio y hasta que goces de una buena
visibilidad y audiencia, vas a ser tú quien deba tomar la iniciativa para hacer
crecer tu círculo de relaciones. Además, debes dar pronta respuesta a las solicitudes
y mensajes que te lleguen y procurar agradecer (aunque sea con un simple gesto de
“Me gusta”) las aportaciones de terceros a tu perfil.
7. No aceptes
invitaciones de extraños. Son extraños personas que no conoces y no vienen presentadas
por nadie conocido. Si dudas, no aceptes. Puede tratarse de perfiles falsos o malintencionados.
8. Interactúa.
Es una mala estrategia publicar tus propios mensajes y nada más. Eso era lo que
pasaba en Internet 1.0, ¿recuerdas? En la medida de lo posible, es muy
importante que interactúes con tus contactos, ya sea haciendo comentarios a sus
aportaciones, citándolos, preguntándoles o indicando que estás de acuerdo con
lo que publican. Siempre, en positivo y de forma auténtica y honesta. Ello
redundará en una mayor visibilidad de tu perfil y también favorecerá que esas
personas interactúen posteriormente en los contenidos que compartas tú. En este
sentido, también es interesante que sigas y participes en grupos de tu interés:
ya sea por el tema tratado o por el perfil del resto de seguidores. Participar
en estos foros también va a mejorar tu visibilidad, y posiblemente, aumente tu
red de contactos, es decir, tu audiencia. Sobre todo, sé auténtico en lo que
dices, porque si tus comentarios no son sinceros y tienen por objetivo agradar
a una audiencia determinada en cada momento, será muy fácil sorprendente en
contradicciones e incoherencias. Y eso, destruye tu credibilidad.
Redes
profesionales: LinkedIn, Xing, Viadeo…
Y para terminar,
los últimos consejos centrados en mejorar la proyección de tu imagen de marca a
través de las redes sociales denominadas profesionales, que son LinkedIn (la
más popular en España y en el entorno anglosajón), Xing (que es la más
utilizada en los países de habla alemana) y Viadeo (la principal red profesional
en el ámbito francófono).
1. Completa tu
perfil desde una perspectiva profesional. Incluye sólo la información más relevante:
la justa y suficiente para transmitir las características de tu perfil y
despertar interés.
El contenido
debe adecuarse al máximo a tu objetivo profesional, tanto si se trata de
conseguir un nuevo trabajo, como un cliente o contactar con otros profesionales
con los que se comparten intereses o proyectos. Siempre es recomendable, que lo
primero que se lea, sea una adaptación de tu Elevator Speech.
2. Cuida
especialmente tu foto de perfil: debe tener un look profesional, tanto por tu
expresión, como por tu indumentaria y el fondo de la imagen (que sea preferentemente
liso, sin elementos que despisten la atención). Procura también que estés
sonriendo y mirando de frente.
3. Cuida
especialmente tus contactos. Pues hablan de ti, casi tanto como lo que hayas
incluido en tu perfil. Es un aspecto extremadamente importante, al que muchas
veces no prestamos la atención suficiente. Estos son algunos de los aspectos en
los que influyen directamente la cantidad y calidad de tus contactos:
• Reputación y
credibilidad: La relevancia de tus contactos prestigia tu reputación profesional,
además, el hecho de tener contactos en todas las organizaciones con las que has
colaborado en el pasado contribuye a confirmar tu trayectoria laboral y
presupone una buena relación con esas empresas.
• Información y
referencias: alguien que no te conozca pero sí a alguno de tus contactos, puede
solicitar a través de esta vía, información o referencias sobre tu persona y tu
historial.
Lo mismo puedes
hacer tú. Por eso, es importante que valores si tus contactos están dispuestos
a ayudarte y si van a ofrecer buenas referencias sobre ti antes de agregarlos.
• Tamaño de tu
red: cuantos más contactos tengas asociados a tu perfil, mayor será el tamaño
de tu red, es decir mayor será el número de usuarios a cuya información tendrás
acceso. Así se incrementa el valor de tu red y tu audiencia.
Pero ¡cuidado!
no hay que sacrificar calidad por cantidad, y por "calidad" me
refiero a la relevancia profesional de tus contactos, a su predisposición a
ayudarte y a su capacidad de ofrecer información (y referencias) positivas
sobre ti.
4. Al invitar,
incluye un mensaje personal. Es una demostración de buena educación y de que la
invitación que envías es unaacción personalizada y no algo que haces de forma
automática.
5. ¿Necesitas
utilizar otros idiomas? Algunas redes sociales profesionales, como es el caso
de LinkedIn, permiten a sus usuarios mantener perfiles en distintos idiomas.
6. Da respuesta
a invitaciones y mensajes en un plazo
razonable. No
más de una semana.
7. Participa
activamente en grupos bien elegidos. Cuando entras a formar parte de un grupo, no
sólo “adornas” tu perfil con etiquetas y palabras clave por las que ser
encontrado, también generas un gran número de contactos indirectos, es decir, amplías
tu red. Por eso, hay que procurar estar, al menos, en dos tipos de grupos. Por
una parte los pertenecientes a sectores y disciplinas de tu interés, y por otra,
a aquellos que frecuentan los distintos públicos objetivos que te has marcado:
clientes, seleccionadores, colegas, proveedores, prescriptores…
5.
Recomendaciones finales
No debes perder
de vista que tu mercado te busca por lo que ofreces(producto), pero te elige
porque eres fiable y atractivo (marca).
1 COHERENCIA =
CREDIBILIDAD
Y estos 60
consejos, podrían resumirse en los seis principios de las Relaciones Públicas
que enunciaba Arthur Page a principios del siglo pasado pero que siguen
absolutamente vigentes:
1. Di la verdad.
2. Pruébala con
hechos.
3. Escucha a tu
cliente (yo añadiría, escucha a tu(s) público(s), a tu audiencia.)
4. Gestiona el
presente, pero pensando en el futuro.
5. Comunica como
si todo dependiera de ello.
6. Mantén la
calma, la paciencia y el buen humor.
El slogan de
Arthur Page era “hacerlo bien y hacerlo saber”. Estoy totalmente de acuerdo:
también creo que de eso se trata. Lo primero es “hacerlo bien”, y luego, hay
que “hacerlo saber”.
Gracias por
haber llegado hasta aquí y… ¡Suerte!
6. Inspiración
1 BIBLIOGRAFÍA
ALASTRUEY,
Rosaura: “El networking”, Editorial UOC, 2009
ALVAREZ DEL
BLANCO, Roberto: “Tú. Marca personal”, Ed. Pearson, 2008
ARQUES, Neus: “Y
tú, ¿qué marca eres?”, Alienta Editorial, Barcelona 2007
BASSAT, Luis:
“El libro rojo de las marcas. (Cómo construir marcas de éxito)”, Ed. Espasa
Calpe, Madrid 2000
COSTA, Joan:
“Reinventar la publicidad: reflexiones desde las ciencias sociales”, Fundación
para el Desarrollo de la Función Social de las Comunicaciones (Fundesco D.L.),
Madrid 1993.
PIERSON,
Marie-Louise: “La imagen personal. Manual de instrucciones”, Ed. Deusto, Bilbao
1992
DR. RIBEIRO,
Lair: “La comunicación Eficaz”, Editorial Urano, Barcelona 2001 (Nueva versión
revisada y aumentada)
2 ENLACES
Claves para la
creación y gestión de una marca personal de éxito” entrevista a Roberto Alvarez
del Blanco con motivo de la presentación de su libro “TU. Marca personal”.
Publicada en el Boletín de Universia-Knowledge@Wharton de fecha 3-16
Septiembre, 2008.
http://www.wharton.universia.net/
“The brand called you” publicado en FAST
COMPANY el 31 de agosto de 1997 por Tom Peters http://www.fastcompany.com/magazine/10/brandyou.html
"Personal Branding. Hacia la excelencia y la empleabilidad por la marca
personal." Publicación sobre Marca Personal en la que participan varios e
interesantes autores.
http://www.box.net/shared/static/2m5vo4smal.pdf
Guía preliminar
para construir tu marca. Un breve e intuitivo documento que te resultará muy
útil para empezar a definir tu marca personal.
http://reinventatunegocio.files.wordpress.com/2012/08/preliminaresrtn.pdf
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